Del asco y la depresión
en tiempos difíciles
Quedé tan asqueada y deprimida
después de subir las imágenes de
la entrada anterior
que, sólo deseo ver imágenes
que me
agraden y que no
contengan color rojo/sangre.
He decidido observar paisajes,
de preferencia sin seres humanos en
ellos.
Aquí los comparto como terapia.
Estas dos “loquillas” se ven
majestuosas y coquetas.
Confieso muy abiertamente que el mar
y
los paisajes marinos, no son de mi agrado.
Lo que no significa que descalifique,
de buenas a primeras,
todos los paisajes marinos.
Hay algunos que son majestuosos.
Mi debilidad son las montañas.
Soy
hija de las montañas y, por supuesto,
los paisajes de montañas, cerros
y valles
son mis preferidos.
Creo
que a quienes nos gustan las montañas,
somos gentes telúrica,
aterrizadas y
poco volátiles;
algo cancinas y ensimismadas
Esos valles, donde corre el agua de
nieves derretidas,
me recuerdan parte de mi infancia.
Estas montañas están en Suncadia.
(Yo
tampoco sabía dónde estaba eso y...
yo se mucho... hasta se
de qué están hechos los embutidos)
Están en el Condado de Kittitas,
Estado de Washinton, USA.
Ahora ¿Kittita? créanme que… tampoco.
Los bosques son algo aterrador y
atrayentes.
Para entender esto, hay que preguntarle
a Caperucita Roja, la original.
Esa donde ella se come al
Lobo y a la Abuelita.
Creo
que era pariente de un tal Lester.
La verdad es que en los cuentos
originales,
generalmente siempre hay un ogro, u ogra;
que sí se come a los niños.
Ay! Si esos son los cuentos,
cómo será
la realidad.
He tenido la suerte de sobrevolar Los
Pirineos
con el sol de amanecer y, de igual forma,
La Cordillera de Los Andes
en Sudamérica.
La majestuosidad es sobrecogedora.
Y me pregunto mis querid@s Amig@s
¿Cómo podemos perjudicar tanto
nuestro
propio ambiente?
Esos árboles, ese agua, esa nieve, ese
hábitat.
¿Es que la especie no se da cuenta
que,
en este caso, desapareciendo
el contenedor desaparece el contenido?
Para compensar,
programo una entrada
con
“paisajes humanos”.
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