domingo, 14 de diciembre de 2014


Nota al paso III


No conozco a Ana Muñoz, sin embargo creo que dice cosas muy acertadas como: " o trates de ocultar tu verdadera personalidad a los demás y fingir que eres diferente,..." 
Si fingir que eres diferente, pienso que ésto es lo más común. Por eso es que vemos cambios tan radicales en l@s jóvenes, o en l@s viej@s da lo mismo para el caso. L@s vemos vestir de negro, rechazar el sistema, enloquecer por un rock pesado y....nos vamos de espalda cuando uno tiempo después les vemos casad@s, criando emotivamente un@ hij@, corriendo tras un trabajo por dinero a medio mes o fin de mes, y .....
No sintieron ser diferentes: fingieron para poder vivir en medio de una sociedad castradora, castigadora, insalubre, mandada por l@s poderos@s que profitan de nosotros para permanecer en sus tronos de hojalata.
Volvemos, Ana Muñoz escribe más academicamente pero llega igual al lector interesado.


"No encajo en el mundo" El poder oculto de ser diferente
Por Ana Muñoz

A menudo las personas nos comparamos con los demás, o nos regimos por los ideales de la sociedad sobre qué aspecto debemos tener, cómo debemos vivir nuestras vidas, o incluso qué rasgos de personalidad tenemos que tener. Si no encajan con estos estándares, muchas personas se sienten mal, no se aceptan como son o se sienten inferiores y perdidas.
Aunque parece paradójico, todos valoramos también la individualidad; queremos ser únicos, diferentes a los demás, especiales. Esto choca de lleno con esa falta de autoaceptación que sienten muchas personas cuando no son como “deberían” según los estándares sociales predominantes. Si no tienes pareja, si tienes pocos o ningún amigo, si tienes altibajos emocionales, si tienes algún trastorno o problema psicológico, si eres homosexual o perteneces a cualquier otra minoría, si no te gusta lo que parece gustarle a la mayoría… entonces existen probabilidades de que tengas problemas para aceptarte tal y como eres, o trates de ocultar tu verdadera personalidad a los demás y fingir que eres diferente, y sientas soledad y desconexión con el resto del mundo y de las personas.
Pero digo que esto es paradójico porque son precisamente todas estas cosas las que hacen que una persona sea única, especial y diferente, aportando esa diversidad tan necesaria para una sociedad que es ya, de por sí, demasiado conservadora, demasiado resistente al cambio, y demasiado tendente  a permanecer en un estatus quo en el que todo permanece tal y como siempre ha sido.
Los cambios más importantes para la humanidad, los grandes avances y descubrimientos, no los han llevado a cabo las monótonas y grises multitudes de seres que visten, piensan y se comportan igual, sino aquellos individuos que eran, de un modo u otro, muy diferentes a la mayoría.
Por eso resulta paradójico que esas diferencias de las que deberíamos enorgullecernos nos hagan sentir mal con tanta frecuencia. Tal vez pienses: pero no es lo mismo se diferente porque eres mucho más inteligente que la mayoría, que ser diferente porque tienes un trastorno psicológico o por cualquier otro motivo considerado “negativo”. Pero lo cierto es que no existen diferencias negativas o positivas. Aquellos aspectos de ti que te parecen ahora tan negativos no lo son en realidad; no son ni buenos ni malos, o son buenos y malos simultáneamente, porque su significado varía como varían las gotas de agua en el mar, que en un momento dado son violentas olas, más tarde vapor en el cielo, y después lluvia, nieve, o hielo, aún siendo en realidad siempre lo mismo. Por ejemplo, se dice que la belleza está en los ojos del que mira. Así, una persona considerada fea por algunos, resulta atractiva para quien la ama.
Todo aquello que detestas en ti no es negativo ni positivo, sino que puede ser cualquier cosa, como sucede con esas gotas de agua, y en tu mano está convertirlo en agua, en nieve, en hielo, en vapor o en violentos maremotos.
El punto de partida consiste en aceptarte tal y como eres, con tus miedos, tus trastornos, o tu gordura, porque todo eso es lo que te hace especial y diferente. Y las diferencias son las que salvan a la humanidad de convertirse en clones para quienes todos los días son iguales. Las diferencias, incluidas esas en ti que tanto detestas, nos muestran otros mundos, nos zarandean, nos hacen despertar y abrir los ojos, nos sorprenden y nos hacen pensar, nos hacen cuestionarnos nuestras propias ideas y nuestras propias vidas, nos hacen vivir toda la gama de emociones humanas, tan necesarias todas para crecer como personas. Por este motivo, necesitas todas esas cosas tan malas que ves en ti; las necesitas de verdad, ya sea para trascenderlas y cambiarlas o para abrazarlas, o tal vez para enseñar algo al resto de la humanidad o para aprender algo, para abrir ojos cerrados, mostrar nuevos caminos, despertar sentimientos, romper moldes. Nadie que sea el clon perfecto de esa mayoría gris hará nada de esto. Lo harás tú, que te sientes tan diferente.
Ahora observa de nuevo todo lo que eres y busca nuevos significados; convierte el hielo en agua, el vapor en lluvia, acepta lo que eres, abraza lo que has rechazado, observa con nuevos ojos y verás cosas nueva.




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También para los que mandan y sus censuradores
que apelan al derecho de autor "muy malamente". Tal como lo escribí: mente mala.

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