lunes, 15 de diciembre de 2014


Deseos perversos...para los demás, para mí no.


Siempre desee ser diferente.
Desde muy niña oraba al dios que había heredado de una de mis madres y,
arrodillada ante su altar;
con las palabras que 10 años de edad pueden poner en tu cabeza,
suplicaba a ese dios judío/cristiano/católico /musulmán,  que me hiciera diferente. Aclaro que para ese entonces,
pensaba que si quería un cambio interno no lo podía hacer yo,
lo tenía que hacer un dios.




Bueno, tanto pedir y pedir: se me concedió.
… ¡Oh milagro!... 
Ya era diferente y me vine a dar cuenta de ello como a los 14.
Claro, Ley Simple de la Atracción:
piensas tanto en una cosa, adoptas las posturas, el contenido y la forma;
que terminas  siendo lo que atrajiste… trivial amig@s.



Pero ser diferente,
en el concepto de diferente que yo pienso y creo: cuesta y duele.
Ah!, pero la recompensa… 
La recompensa  es tan diferente a lo que piensan
los que quieren ser distintos porque es la moda,
o porque están tan agobiados de ellos mismos que buscan, erróneamente, 
en ser diferentes para llenar  las carencias que sus vidas vacías tienen.



Pero ¿Qué es ser diferente? 
Me da la impresión que el ser diferente es distinto en cada ser humano y que, 
esos ser diferentes se unen por cosas tan sencillas,
tan simples, tan cálidas y tan cotidianas; 
que por eso logramos estar aún vivos,
dentro de esta gran casería de brujas que se realiza día a día,
en todas partes del mundo.



Sí, porque reconozcamos con cierta desazón que 
estamos en algo así como el post – post – post modernismo. 
Lo que equivale a estar en plena Edad Media Occidental. 
¡Ay Torquemada!, que haciendo honor a tu nombre, 
te echaste más humanos que la 1° Guerra Mundial y la 2° juntas. 
Yo, modestamente me consuelo con no olvidarte ni perdonarte, 
e imaginar que te estás quemando eternamente en el infierno,
según tu propia creencia… que da para mucho, por supuesto.



Desde mi desconexión, a la que he llegado desde el ser diferente; 
veo claramente que hay unos pocos Señores Feudales
con grandes cortes y familias a su alrededor.
¿Y el resto? Somos nosotros… “los siervos”. 
Sí, tú eres sierva y sí tú eres siervo. 
Hay alguno que otro “Bambi” por el bosque, 
pero luego va a ser siervo igual a todos no más.



A tu amiga o amigo del alma,
no intentes bajo ningún sentimiento de afecto o cosa parecida,
hacerle entender que no es de la Clase Media Alta,
porque su papá y su mamá o sus papás y sus mamás
trabajan como grandes ejecutivos en un Banco, Empresa Privada o Gobierno.
 NO…se va a resistir (y es lógico,  es su sobre vivencia)
y no va a poder entender que los Señores Feudales 
son los dueños del Banco, de la Empresa o los Caciques del gobierno. 
Sí, ellos son siervos como todos nosotros.



Con gran alegría de mi parte
les informo que una de las recompensas de ser diferente,
es mirar con tus ojos y no según el cristal del lente que te pongan. 
Y al mirar con tus ojos:
ves el mundo que no te muestran porque estás mirando
con unos hermosos  cristales pervertidos y esclavizantes,
que te han puesto desde que comenzaste a ver.
¡Oh milagro! Puedo ver… ya puedo ver,
claro que lo que veo no me gusta,
estaba mejor auto valorad@ como cieg@…
Tanto esfuerzo, para llegar a tu primer gran dolor.



Yap…ser diferente cuesta y duele.

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